Dueto



"Necesitamos que, al menos,
alguna vez vuelva un ave
y nos cuente lo que vio".



De tan blanco todo, todo es luz y color;
de tan infinito, todo es monotonía.
La espera no agota tanto el alma
como la marcha inacabable de lo incierto.

Ajeno y enajenado en la lejanía,
ausente (y presente de tanta ausencia).
Un solo segundo de lo eterno es quizás
la mismísima inmensidad de lo eterno.

La vida, ese estanque vertical
que comprendemos en límites razonables,
empuja sus preguntas contra el abismo,
sólo por conocer los porqués (o los chismes de pasillo).

Un día, capricho inédito del todo,
algo lo conmueve en su elástica espera:
Alguien más, solitario, atraviesa el hall,
"- Es usted Luis Alberto Spinetta."

El nuevo le sonríe y canta Bajan junto a él,
luego retoma su camino y se marcha sin más
dejándole una inquietud crónica,
dejándole a solas con su espera, otra vez.



FEBRERO, 2012

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