Necesitar hoy hablarle
me hace sentir cuánto
necesito a menudo hablar con él.

Ahora, una voz de agua tras la ventana;
diez minutos antes,
el murmullo indefinido del sueño.

Intangibles la voz y la presencia
(caprichosas más que nunca)
será siempre imposible
evitar empacar su compañía.

Quiero hablarle con disposición menuda,
con mis alas mojadas de pichón.
Durmiéndome en mis obligaciones
bajo la custodia que le obliga el amor.

Y reírme mañana y pasado mañana
y mil siglos después;
como cuando la risa nos desata el alma,
esa forma de reírse que es sólo de él.



DICIEMBRE, 2009

1 comentario:

HERNAN+VANINA dijo...

Gracias Ale por ser el poeta que sos y decir todo aquello que uno también siente