Incongruencia inequívoca

Qué demonio miserable
decoró con tristeza circense
la vida en un momento;
en el m omento en que debimos sonreir.

Qué sirena siniestra
dejó a uno a diestra y a otro no,
haciendo estela imborrable
en donde debimos juntar las manos.

Qué insensato duende azul,
qué hadas descorazonadas,
qué crueles dioses imperfectos
te ponen hoy de espaldas a mi

inequívocamente andando.
Andando de espaldas a mí.

(A veces lloro
sin lágrima también)


MAY 08

No hay comentarios: